Esta mañana he sufrido un terrible impacto en mi moral que me ha dejado hecho polvo. Por razones familiares me dirijo donde tengo domiciliada mi jubilación y pido información de si podía pedir un préstamo o una hipoteca. Respuesta, a partir de los 65 años no te prestan ni un duro, y a partir de los 70 años lo única hipoteca que te conceden es la hipoteca inversa, lo mismo sucede si deseas adquirir un coche, un televisor, etc., etc. Los únicos que te conceden un crédito son las empresas que se dedican a cobrarte tu entierro a largos plazos sin entrada y además desean que no te mueras, ya que de esta forma no pagan.
Como veis si necesitáis dinero pedirlo antes de los 60 o de lo contrario tendréis que vivir de la jubilación y si no te llega para pagar las cloacas te lo montas intentando de hacer un régimen de lo más estricto, sometiéndote a una dieta a base de pan y agua, el agua solo se puede calentar una vez al día y guardar en un termo, los domingos se puede comer una tortilla francesa para dos acompañado de un postre a base de una mandarina a medias. Escuchar a radio que consume menos que la tele, desplazarse a pie a todos los sitios, que es muy sano, se baja el colesterol y la glucosa. Los domingos a la salida de misa, hay que preparase para el más allá, un paseito por la plaza de la iglesia para que te vean y poder decir que todo va bien, que has adelgazado ya que es recomendación del médico del seguro para mantenerte en perfecto estado de salud.
Conclusión ya no somos útiles y cuanto menos estorbemos mejor. Es duro pero es así.
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